Pekín, noviembre de 2024 – En medio de crecientes tensiones comerciales entre Norteamérica y Asia, China afirmó que la “politización” de asuntos económicos y comerciales no favorece a ningún país. Esta declaración responde a las recientes acusaciones del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quienes señalaron a México como una posible vía de entrada para productos chinos hacia sus mercados.

Mao Ning, portavoz del Ministerio de Exteriores chino, subrayó que la relación comercial entre China y México se basa en “principios de mercado y normas internacionales” y destacó la fortaleza de esta asociación como un vínculo entre “amigos de confianza y socios en desarrollo conjunto”. Según Mao, las importaciones de bienes chinos han potenciado la competitividad del sector manufacturero mexicano y beneficiado a su población.

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, rechazó las acusaciones de que su país funcione como un canal de tránsito para productos chinos hacia Canadá y Estados Unidos. Anunció que su gobierno presentará pruebas tanto a Washington como a Ottawa para refutar estas afirmaciones, al tiempo que defendió las políticas de su administración, centradas en fortalecer la industria nacional y reducir la dependencia de importaciones chinas.

Estas tensiones ocurren en un contexto en el que Trump anunció nuevos aranceles del 10% a productos chinos, junto con posibles medidas contra bienes mexicanos por temas migratorios y el tráfico de fentanilo. Pekín respondió categóricamente, calificando las medidas de Trump como perjudiciales y advirtiendo que “nadie ganará una guerra comercial”.

Mientras tanto, la relación bilateral entre China y México sigue siendo clave en un entorno global de desafíos comerciales. Ambos países han apostado por mantener una cooperación positiva, pese a las presiones de Norteamérica y la creciente politización de sus intercambios económicos.