Luisa María Alcalde asume la dirigencia de Morena y se enfrenta a los desafíos del “segundo piso” de la Cuarta Transformación
Luisa María Alcalde, secretaria de Gobernación, ha sido designada como la nueva líder de Morena, en un momento crítico para el partido oficialista. Bajo la consigna de construir el "segundo piso de la Cuarta Transformación", Alcalde asume la dirigencia de un partido convertido en una poderosa maquinaria electoral. Morena, que ha conseguido la presidencia, mayorías en el Congreso, 24 gubernaturas y controla 27 de los 32 Congresos locales, enfrenta la responsabilidad de consolidar el proyecto lopezobradorista tras el retiro del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Con la llegada inminente de Claudia Sheinbaum a la presidencia, Alcalde deberá apuntalar el relevo generacional en el partido y garantizar la cohesión interna. En su primer discurso, la nueva dirigente prometió lealtad a los principios de Morena y planteó preguntas clave sobre cómo evitar la soberbia, mantener la conexión con el pueblo y preservar la unidad en un partido que, a pesar de su éxito, contiene su propia oposición interna.
Identificada con el grupo de los "puros" y cercana a la base militante, Alcalde ha ascendido rápidamente bajo el ala de López Obrador, quien la designó para dirigir tanto la Secretaría del Trabajo como la Secretaría de Gobernación, lo que la convirtió en la persona más joven en asumir este último cargo.
El contexto es complejo: Sheinbaum, quien será la primera mujer en ocupar la presidencia de México, hereda una supermayoría en ambas cámaras y un proyecto lopezobradorista que promete continuidad con un nuevo estilo de liderazgo. Alcalde, por su parte, deberá mantener la unidad en un partido donde los retos políticos son tan grandes como las oportunidades.
Además, el nombramiento de Andrés López Beltrán, hijo del presidente, como secretario de Organización del partido, ha generado debates sobre el surgimiento de una nueva "dinastía" dentro de Morena. Aunque su ascenso era previsible, algunos críticos ven estas decisiones como un intento de López Obrador de condicionar los primeros pasos de Sheinbaum en la presidencia y de mantener su influencia en la política nacional.
Alcalde, con su origen en una familia de larga trayectoria política y sindicalista, hereda un partido en un momento clave, con la promesa de seguir consolidando el proyecto de la Cuarta Transformación y fortalecer la unidad. Bajo su liderazgo, Morena deberá enfrentar los desafíos del futuro sin la figura omnipresente de López Obrador, pero con la misión de asegurar la continuidad del proyecto político que él impulsó.