Tumores asesinos

La inmensa mayoría de nosotros vivimos cada día con sus afanes y dilemas y vamos saliendo adelante a como Dios nos da a entender… hasta que algún evento inesperado nos pone un alto. Trátese de una catástrofe natural, un accidente desastroso, algún infarto, o cualquier otro infortunio que nos mande al hospital, nos deje alguna incapacidad o siendo muy afortunados, quedemos de una pieza y salgamos airosos de tales percances, el asunto es que el destino interrumpe nuestra vida cotidiana y las prioridades cambian. De pronto lo mas importante es conservar la vida y la salud y todo lo demás pasa a segundo plano.

Este es mi caso. He podido sobrevivir a una apoplejía hipofisiaria, que, en español llano, no es otra cosa que una hemorragia en el cerebro que afecta a la glándula pituitaria. Este accidente cerebral es potencialmente mortal, dependiendo de la severidad del daño que cause. Tuve mucha suerte de que este suceso no trascendiera a mayores.

A mi amigo Paco Serrano, director del centro cultural, Cerrito del Timbre en Cabo San Lucas, no le fue tan bien y perdió la vida este 22 de julio pasado, a consecuencia de lo mismo que yo padecí. Una hemorragia cerebral.

Tanto él como yo, desarrollamos un tumor de la glándula hipófisis, tambien conocida como pituitaria, localizada en el cerebro. Su tumor medía 3 cm, el mío apenas 1 cm.  A Paco hacia mas de un año que se lo habían diagnosticado en el ISSSTE. Murió esperando cita para la cirugía. Los médicos ya le habían dicho que era urgente operarlo; pero ya saben ustedes amigas, amigos, el monumental fracaso que es el sistema de salud pública en nuestro país, la gente muere esperando por cirugías, medicamentos o por negligencia criminal. Y muere a montones.

En esta ocasión les quiero compartir mi experiencia personal para que ustedes no vayan a tener la mala fortuna de pasar por mayores complicaciones de manera innecesaria. Quiero comenzar por decirles cuales son los síntomas que yo tuve de este tumor. Entre otros, presenté dolores frecuentes de cabeza, visión borrosa o dificultad para enfocar la vista, mareos, fatiga y debilidad, hipertensión, confusión y taquicardia principalmente. Ahora bien, si usted padece algunos de estos síntomas no necesariamente quiere decir que tenga un macro adenoma hipofisiario que es como se conoce este tipo de tumores, pero si son suficientes síntomas para que acuda al medico a la brevedad posible.

Y aunque se manifestaban muchos síntomas, yo solo me di cuenta de ese tumor después de que el 13 de junio de este año terminé en urgencias en el Hospiten de Cabo San Lucas, cuando comencé a perder la vista y ver doble de forma intempestiva producto de que el tumor sangró y fue gracias a eso que lo pudieron detectar los médicos a través de una resonancia magnética de cráneo.

De ahí en adelante me aboqué a buscar un médico que me pudiera operar y me recomendaron al doctor Rodolfo Pérez Ramos, en la ciudad de Los Mochis, Sinaloa, quien me realizó una intervención quirúrgica impecable el pasado 10 de julio. Por voluntad de mi Dios y gracias a una atención oportuna, aquí sigo dando lata en esta maravillosa aventura que es la vida.

De paso quiero recomendarles que busquen la forma, si les es posible, de contar con un seguro de gastos médicos mayores, porque mientras llegamos a tener en Mexico un sistema de salud pública mejor que el de Dinamarca, la diferencia entre la vida y la muerte puede ser que tengan seguro médico o los recursos económicos suficientes para poder enfrentar este tipo de eventualidades a través de la medicina privada.