El temor a informar



“En un Estado verdaderamente libre, el pensamiento y la palabra deben ser libres”.
Suetonio, historiador romano.

Durante los casi cinco años de este sexenio, en el ámbito de los medios de comunicación, ha sido muy notoria la restricción generalizada entre las dependencias gubernamentales de los tres niveles (federal, estatal y municipal) que llevan el sello de Morena, la reticencia de atender las solicitudes de información. Por un lado debido a que la instrucción federal, que se origina en el área de Comunicación Social del Ejecutivo, ha sido muy clara.  De ahí que, en la mayoría de los casos, la respuesta de la mayoría de las dependencias a las que se les solicita ésta o aquella información (incluyendo las que se formulan a las áreas de Acceso a la Información o las que aluden a la “transparencia”) contestan, cuando lo hacen (ya que en muchas ocasiones ni siquiera se toman esa molestia) lo hacen con una serie de requisitos que suenan más que  exagerados incluso cuando se trata de preguntas inocuas o de trámite que implican utilidad para los ciudadanos. Pues ni así. No hay libertad y menos confianza al criterio del funcionario/a.

En el caso de Baja California Sur, cuando se trata de alguna dependencia federal, en lo particular mi experiencia no ha sido muy fructífera (a excepción      -debo decirlo- con la Semar)  como lo era en otros tiempos, en especial con temas ambientales ya que, normalmente, al ser una entidad con la mayor extensión de litorales de todo el país, pues los problemas de agravios al mar proliferan, sin echar de menos los que ocurren tierra adentro.

En la mar los atentados o amenazas son constantes debido a la falta de vigilancia por evidentes razones, al no contar con presupuestos suficientes y menos en tiempos de austeridad aguda.  Así se sabe de pesca ilegal, sobreexplotación pesquera, redes que se dejan a la deriva, trampas para peces de escama que siguen proliferando provocando daños irreversibles a zonas arrecifales como en especial sucede en el Parque Nacional Marino del Archipiélago de Espíritu Santo en el mar de Cortés, actividades que se siguen realizando con total impunidad.

Y eso que existen organizaciones no gubernamentales y observatorios ciudadanos que se han cansado de reportar los ilícitos sin que sean atendidos ni por la Profepa (Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente, ni por la Conanp (Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas) ambas dependientes de la Semarnat (Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales), lo mismo ocurre con la Conapesca (Comisión Nacional de Pesca y Acuacultura), Inapesca (Instituto Nacional de Pesca).

Lo cierto es que si uno trata (como le ha pasado al que escribe) al menos en comunicarse con el departamento de Comunicación Social de la dependencia que se trate, si bien le va o sea si alguna atiende el teléfono lo mejor que he obtenido es: “escriba un correo a ésta o aquella dirección” . Bueno pues así lo he hecho y uno de mis “éxitos” de respuesta se lo comparto aquí mismo. Fue la respuesta de una analista de la Conanp, cuando intenté (y sigo intentando           - aunque sé que es ya imposible-) hablar con la Directora del Área Natural Protegida de Cabo San Lucas y Cabo Pulmo, María Jossué Navarro, hace algunos meses.  Mire como me contestó:

Respecto a su solicitud de entrevista con la directora MED. María Jossué Navarro Sánchez, le informo que como institución de gobierno federal debemos seguir un protocolo de solicitud para entrevistas. A continuación le enlisto los datos que debe presentar para solicitar la entrevista con la directora:

  • Nombre del periodista que realizará la entrevista.
  • Asunto a tratar.
  • Tipo de medio (p.ej. radio, tv, medios escritos, etc.).
  • Nombre del medio
  • Tipo de programa (p.ej. con o sin público, con teléfonos abiertos, etc.).
  • Tipo de público del programa (p.ej. amas de casa, jóvenes, especialista en alguna materia determinada, etc).
  • Formato de la entrevista (p.ej. grabado o en directo)
  • Duración de la entrevista.
  • Hora y fecha de emisión.

Es importante para nosotros contribuir a la divulgación de la información, cualquier duda que tenga quedo a sus órdenes.

Lo anterior fue en agosto del año pasado. Bueno pues contesté y a la fecha aun no recibo respuesta.

Bueno pues esto que es tan claro como exagerado, bien me lo podría haber dicho vía telefónica esta funcionaria, a quien, por cierto, conozco desde hace algún tiempo, pues no, el temor de hacerse acreedora de alguna sanción o amonestación o lo que pudiera ser peor,  un despido fulminante por no acatar instrucciones, sigue prevaleciendo  por lo que es preferable no contestar  e ignorar olímpicamente, el derecho de los ciudadadnos a informarse.

Lo anterior no es nada personal, simplemente es una muestra o señal de lo que ocurre, a la fecha, con muchos de sus compañeros funcionarios, sobre todo cuando se trata de temas ambientales.  Se percibe un gran temor, por no llamarle fobia, en atender a la prensa.

Y bueno, si se trata de proteger su trabajo y su modus vivendi, pues es comprensible por ella pero no para los ciudadanos, ya que el derecho a estar informado/a través de los medios de comunicación,  debe ser la prioridad por convencimiento y no por conveniencia.

 

AFC

 






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