Yasmín Esquivel y la tremenda corte
De 1942 a 1961, en la Habana, Cuba, se transmitió por radio el famoso programa cómico llamado La TremendaCorte.
Si ustedes queridos lectores quieren darse el agasajo de escuchar algunos capítulos de esta joya de la comedia, aquí les dejo el enlace:
https://www.youtube.com/watch?v=8I7f6zfHckM
Después de que hayan escuchado los episodios de este divertidísimo programa radial, me darán la razón cuando establezco la gran similitud que existe entre esta comedia y el caso de la vida real desatado por el escándalo mayúsculo del plagio -comprobado ya por la UNAM- que hizo la ministra de la Suprema Corte de la Nación, Yasmín Esquivel, de la tesis de otro alumno, para presentar su examen profesional.
En el programa de La Tremenda Corte, el protagonista es un delincuente de poca monta llamado José Candelario “Tres Patines”, que todo el tiempo es llevado a juicio por sus incontables tropelías.
“Tres Patines, protagonizado por Leopoldo Fernández, es un señor que no tiene oficio ni beneficio, calificado por sus acusadores como bandolero, pillo y sinvergüenza que no tiene forma de que se oriente por el buen camino, pues siempre vive haciendo estafas, trucos, robos y algunas pillerías, pero sin llegar nunca a cometer delitos mayores. Sus hurtos consisten en robo de dinero, animales domésticos y artículos comestibles en algún establecimiento de alimentos; también se dedica a ser recaudador de apuestas clandestinas de lotería y se vale de estafas o engaños para recibir algún beneficio” https://latremendacorte.info/personajes/
Pues como si fuera un capítulo más de la citada comedia, así está resultando este asombroso caso de la ministra plagiaria que lejos de darle una salida honorable al hecho de haber sido descubierto su “error de juventud” -dijo el presidente López Obrador- fue creando un enredo de mentiras que hacen palidecer las marrullerías presentadas por Tres Patines.
La señora ministra no solo no se conformó con robar en 1987 la tesis de Edgar Ulises Báez Gutiérrez quien se tituló en 1986, sino que lo acusó a él de haberle plagiado a ella la tesis que había iniciado en 1985, (que capacidad de esta señora que puede viajar en el tiempo). Y no contenta con señalar al plagiado como plagiador todavía se atrevió a irlo a demandar penalmente por tal delito -el plagio es delito-.
Y en un arrebato de inspiración y audacia, osó a presentar para su defensa una falsa confesión de culpa hecha ante notario público donde el supuesto plagiario, Edgar Ulises Báez, acepta y reconoce, que viajó al futuro, para plagiar la tesis que Yasmín Esquivel presentó en 1987 para titularse, misma que el utilizó en 1986, para hacer lo mismo.
Pero todavía hay más, aparte de señalar que todo esto se trataba de un complot machista para arruinarle sus nobles intenciones de ser presidente de la Tremenda Corte de la Nación, “la pobre mujer” tuvo que presentar tres dictámenes periciales en informática y dos dictámenes periciales en documentoscopia y un “ sin fin de pruebas científicas y técnicas” y el testimonio hecho bajo juramento de la asesora que le vendió la tesis, de que, a ésta, no le habían borrado ni las faltas de ortografía.
Vean ustedes que capacidad para mentir, fabricar pruebas y acomodar las cosas a su favor.
Casi estoy seguro de que la ministra le plagió a Tres Patines los argumentos de su defensa, de algún programa de La Tremenda Corte.