De nuevo el estero
Sí, de nuevo el estero de San José. No recuerdo cuántas veces este estero ha sido –y sigue siendo- tema de atención y preocupación. Aunque, claro, esto de la preocupación no es para todos, también hay que decirlo, para las autoridades ya sean federales (Fonatur, que ya se desmarca al traspasar el control de la agotada y traqueteada planta de tratamiento al municipio actual), estatales o municipales, pues no. Incluso las organizaciones no gubernamentales o asociaciones civiles también parece que están igual de agotadas al ver que todos, pero de verdad todos los esfuerzos que se han hecho para tenerlo más o menos en forma, han tenido resultados bastante precarios si a eso se le puede llamar resultados, al menos es lo que parece a simple vista.
Para los que nos gusta aun ir a caminarlo, sabrán a lo que me refiero. Por más que los expertos y otros seudo expertos hablan de que la Naturaleza se encarga de hacer su trabajo y mejorarlo con el paso del tiempo, pues personalmente no creo que sea así, yo no veo cambio alguno, más bien, al contrario, los senderos de han recortado al mismo tiempo que poco a poco el espejo de agua continúa extendiéndose anegando veredas que antes eran un verdadero placer recorrer.
Cada vez que lo visito, lo veo igual, más bien peor que hace por lo menos dos o tres años y eso que más o menos se ha defendido de los incendios (hace poco uno provocado acabó con 3 mil metros cuadrados, afortunadamente no lo suficiente como para que no se recupere pronto), de los vagos , malvivientes o recolectores de palma para palapas que dejan su huella por la basura que dejan a su paso.
El municipio se limita a tener cierta vigilancia y limpieza la que podría calificarse de aceptable, a secas. Por lo demás es una tristeza que este santuario de aves visitado por grupos de turistas despistados y algunos otros amantes del aveturismo y por supuesto para algunos ornitólogos (estudiosos de las aves) el panorama es, agridulce ya que no deja de ser una belleza contemplar la laguna y la fauna que aun habita este oasis, pero la parte amarga es cuando ves a los turistas que llevan, o más bien llevaban, algunas agencias de viajes locales para pasar vergüenzas al mostrar lo ya poco mostrable además de los malos olores por la cercanía de la planta de tratamiento, las ruinas que quedan de lo que fue un tramo largo de cemento bordeando la vera del espejo de agua y que fue destruido por Odile y otras tormentas, junto con otros espacios más que se fueron abandonando al no tener los recursos (supongo) para reparar estos paseos pedestres para contemplar la Naturaleza que valía la pena disfrutar.
Ahora, además del abandono del que fuera el pionero Hotel El Presidente y luego el Holiday Inn y lo que en sus días fuera un muy agradable restaurante llamado Añuití, ahora son cascarones vetustos que lo único que dan es pena.
Junto a este espacio abandonado han colocado costales en el camino que lleva a la playa pero que poco a poco están sucumbiendo ante el avance inevitable del agua hasta que ya no se pueda pasar (que no tarda).
Todavía, como un desesperado sobreviviente aferrado al estero frente a lo que eran los salones de juntas del Holiday Inn, se encuentra una pequeña y pintoresca granja que disfrutaban los turistas con niños ofrececiendo la renta de caballos, que obviamente se fue muriendo hasta quedar tan solo unos cuantos animales como gallos y una que otra gallina o pato que no tardan en desaprecer ya que el agua ha ido inundando ese espacio del que no quedan más que algunos metros cuadrados de tierra húmeda sin ninguna utilidad más que la de seguir sobreviviendo hasta extinguirse como un enfermo en agonía a la espera solo de dejar de respirar.
Así el estero cuando, con voluntad pública y privada, podría emerger como lo que es, un verdadero tesoro natural –y no me gusta decirlo- en manos de visionarios con recursos (que los hay) ya sean nacionales o extranjeros, créame que ya tendríamos uno de los oasis y santuarios de aves y de recreo para actividades acuáticas con observatiorios y embarcaderos, más especatulares de México. Se lo pudo asegurar.
De hecho ese tipo de proyectos se hicieron hace ya 25 años pero, al estilo, por la corrupción o la ineficacia, que es lo mismo, nunca se llevo a cabo.
Siga cuidándose.
AF