Cuestión de enfoques…y comunicación interna
En las últimas semanas hemos estado bombardeados por noticias de todo tipo. Como en botica: desde la política nacional que se genera desde conocido púlpito matutino, que no falla a pesar de que a veces el interlocutor (conocido como AMLO) tiene que confiar (en exceso, diría yo) en lo que le dicen o aconsejan sus “brillantes” asesores. Y es que (quiero pensar) que a nuestro señor Presidente, no le da tiempo de revisar todas las barbaridades que su séquito de “expertos asesores” en materia de políticas públicas y economía así como en temas históricos y hasta artísticos, le “sugieren comentar” sin advertir que su aconsejado pueda caer en contradicciones involuntarias.
Solo para ilustrar en temas económicos, no sabemos a quién se le ocurrió decirle al señor Presidente que las asignaciones que anunció el Banco Monetario Internacional (BID) de $ 650 mil millones de dólares para distribuir entre sus miembros como apoyos financieros etiquetados como Derechos Especiales de Giros (DEG) que se otorgan con el fin de fortalecer los activos de las reservas de sus bancos centrales y de los cuales a México le corresponden $ 12 mil mdd, pues podrán usarse según el criterio presidencial. Pues bien, el Presidente, ni tardo ni perezoso, dijo en una de sus mañaneras, que esos fondos los utilizaría para pagar -anticipadamente- la deuda pública de México, argumento que a botepronto el Subgobernador del Banco de México, Gerardo Ezquivel corrigió diciendo que, para empezar y por Ley, las reservas del Banxico no se pueden tocar y menos para pagar deuda pública con esta asignación de DEG.
Lo mismo sucede con los constantes anuncios del número de vacunas que llegan que no concuerdan con las que se han o se están aplicando. El último desfase es de 15 millones de dosis que aun nadie explica dónde se encuentran.
Otro tema que inquieta, sin dejar de reconocer la loable intención del Presidente AMLO de ver por los pobres, es que los programas sociales para disminuir la pobreza, han dejado mucho que desear en cuanto a resultados se refiere. En estos últimos 3 años y de acuerdo al Consejo Nacional para Evaluar la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) tenemos ahora 4 millones de nuevos pobres. Lo anterior se debe a que la distribución de dinero de forma directa, ha beneficiado más a la clase media baja y media e incluso a los adultos mayores de clase alta que a los que requieren de esa ayuda. No en balde fue la renuncia (léase despido) del que fuera el Superdelegado, Coordinador de los Programas de Desarrolllo para el Gobierno Federal, Gabriel García Hernández. Igualmente se han dado a conocer críticas a los programas de Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro por falta de transparencia y efectividad.
Siguiendo el mismo tema y después de conocer irregularidades y malos manejos en el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, se intentó crear Tianguis del Bienestar para poner a la venta bienes confiscados (telas, calzado, utensilios, etc.) lo que resultaba ilegal debido a que representaban una competencia desleal para los comercios establecidos al considerarse artículos “pirata”. Por lo anterior se optó ahora por ofrecerlos sin costo a más de 70 municipios con pobreza extrema 4 ó 5 estados beneficiando a más de 800 mil personas a través de elementos de la Secretaría de Seguridad y del Ejército, sin embargo esta forma de disminuir la pobreza es cuestionable. De entrada es de aplaudir esta decisión así como todas las que este gobierno realiza por mejorar la calidad de vida de los menos favorecidos, sin embargo y coincidiendo con el ex Secretario Ejecutivo de CONEVAL, Gonzalo Hernández Licona, que dice que no es suficiente regalar cosas que quizá ni necesitan por lo que tendrían que venderlas. Es una ayuda que no es completa, además de que se presta a irregularidades por no estar dentro de un marco normativo y legal y que distrae a los encargados de velar por la seguridad como son la Secretaría de Seguridad y del Ejército encargándoles tareas que evidentemente no deberían realizar.
Ni que decir del sector Salud donde la información de la operación del INABI es muy nebulosa y deficiente como lo muestra la comunicación entre las autoridades de Salud, los asesores y consejeros de Presidencia y el propio Presidente debido a que las convicciones de éste último no admite “peros” por lo que lo mejor es no hacer enojar ni contradecir al primer mandatario. El gran problema es que no en pocas ocasiones, el Presidente se ve en aprietos para justificar esas decisiones tomadas casi como ocurrencias y al vapor, que después tienen consecuencias legales y de críticas que el Presidente ve como ataques de sus adversarios conservadores “que solo muestran su enojo por que ya no tienen los privilegios de antes”.
Si bien sabemos del gran daño que hicieron los enormes abusos y corrupción de gobernantes anteriores, no podemos dejar de señalar que a pesar de que existen buenas intenciones de los de ahora, la ineficiencia y torpeza hace ver mal la supuesta honestidad de varios funcionarios de la llamada 4T.
Siga cuidándose
AF