Los ingenieros, esos raros personajes
Mi abuelo paterno, era ingeniero civil, egresó de la Universidad de Lehigh, Pensilvania, a principios del siglo pasado, pero no contento con eso se graduó de ingeniero agrónomo en la que entonces se llamaba Escuela Nacional de Agronomía, hoy conocida como Universidad de Chapingo. Mi padre quiso seguir sus pasos pero se vio obligado a abandonar los estudios. Sin embargo, su forma de razonar y resolver las cosas eran las de un ingeniero.
Mi hermano mayor, Jesús, tambien estudió para ingeniero en electrónica y comunicaciones en el Instituto Politécnico Nacional, IPN. Su vocación profesional se definió desde sus primeros años de vida. Tenía una verdadera pasión por estar armando cosas, y resolviendo problemas matemáticos. Para él, los números eran más fáciles de entender que las palabras.
Y es que los ingenieros nacen con esa característica, parecen predestinados a ver el mundo como un complejo sistema de mecanismos que deben funcionar siguiendo una lógica matemática. Por eso mismo a veces es difícil entender sus razonamientos especialmente cuando se aferran a una idea.
Hay ingenieros de corazón en todas las ramas de la ciencia y actividad profesional, aunque no hayan estudiado esa carrera. Yo he conocido médicos traumatólogos que terminaron ejerciendo la medicina cuando en realidad querían optar por la ingeniería, y viceversa, médicos de profesión realizando actividades de ingeniería.
Ahora que se acaba de celebrar el día del ingeniero civil -el 1 de julio-, se presta la ocasión para seguir hablando de nuestros ingenieros. Y nos saltan algunos datos interesantes. De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, 2019, en nuestro país había 381,245 personas formadas como ingenieros civiles, 89.3 % son hombres, y 10.7 % mujeres.
Según Héctor Arreola Soria, Coordinador Nacional de Universidades Tecnológicas y Politécnicas, México tiene un déficit en la formación de estos profesionales, por lo que se requiere para los próximos años contar con al menos 800,000 ingenieros en las diferentes especialidades. Actualmente a nivel nacional, se gradúan al año, en todas las universidades e institutos tecnológicos, 110,000 de estos profesionistas.
Las áreas de la industria que mayor demanda están generando para esta profesión son, automotriz, aeronáutica, petróleo y gas, así como comunicaciones y sistemas computacionales.
Arreola Soria señaló que actualmente muchas de estas plazas laborales están ocupadas por extranjeros, “ Estamos llenos de chilenos en el área de minería, de venezolanos en la industria del petróleo. Y la mayoría de las empresas que vienen a instalarse a México, traen su plantilla de profesionistas”, afirmó.
Se requiere un mayor impulso a la formación de ingenieros, la deserción estudiantil en esta especialidad es del 35%, principalmente por falta de preparación académica y de apoyos económicos.
Si se quiere que el pais dé un salto a la modernidad y a una verdadera transformación económica y social, se debe desde ya, comenzar a preparar a los profesionistas que se habrán de encargar en el medio plazo de conducir las empresas, ya sean del sector público o privado.
Otro aspecto digno de tomarse en cuenta es que el salario promedio a nivel nacional de un ingeniero es de $13,559 pesos mensuales, sí, ¡menos de $14 mil pesos al mes! Según datos del Observatorio Laboral. Claro que hay ciudades donde los sueldos pueden ser bastante contrastantes.
Empleos mejor remunerados y mas apoyos a nuestros estudiantes serian una buena fórmula para contar con más y mejores ingenieros para hacerle frente a los grandes retos que tiene enfrente nuestro pais.
ASS