De las elecciones y el amarillismo
Tan solo queda una semana para decidir quienes serán los nuevos responsables de la ruta que seguirá, en los próximos 3 y seis años, Baja California Sur que forma parte de los 15 estados del País donde se elegirá gobernador.
A nivel nacional, además de las 15 gubernaturas; se votará para una nuevo Congreso de la Unión con 500 diputados, de los cuales solo dos serán de Baja California Sur (los distritos 01 y 02); se renovarán 30 congresos locales incluido el de esta entidad con 16 distritos propietarios y 6 de representación proporcional (plurinominales); 1,923 alcaldías entre ellas las cinco de nuestra entidad (La Paz, Los Cabos, Comondú, Loreto y Mulegé) todas ellas con sus correspondientes sindicaturas y regidurías; en el País suman 2,057 sindicaturas y 14,222 regidurías.
Además de 204 consejales y 431 cargos auxiliares.
En total son casi 20 mil puestos de elección popular. No por nada se dice que son las elecciones más grandes de la historia en México. Y es que si sumamos los candidatos de todos los partidos, pues tendremos un mundo de gente involucrada en alcanzar alguna posición de poder en diferente escala.
Para tener una idea de lo que se juega para lograr mayorías absolutas y calificadas en el Congreso de la Unión, las dos grandes coaliciones que se enfrentan son: Va por México con PAN, PRI y PRD con 219 distritos, y;
Juntos Haremos Historia con MORENA, PT y PVEM con 183 distritos.
Para el 7 de junio o unos días después se sabrá si el deseado contrapeso se logra, ya que para una gran parte de la población del País, la democracia triunfará si se logra que en la Cámara de Diputados las fuerzas entre el partido en el poder y la oposición, se nivelan en beneficio de la nación. Ha que recordar que después de la dictadura de facto que mantuvo el PRI durante 70 años y los poco democráticos y mediocres 12 años del PAN al que no le faltó el tufo de la corrupción que el entonces partido-aplanadora dejó como estela y que ahora, aunque lo nieguen los seguidores de esta supuesta Cuarta Transformación, persiste entre muchos de sus funcionarios en todos los niveles (no más habría que ver las propiedades y cuentas que aparecen en las declaraciones patrimoniales dadas a conocer recientemente de varios de sus personajes estelares como el del secretario de Hacienda, de la titular de la Función Pública, del Consejero Jurídico de la Presidencia, sin faltar el famosísimo Director de CFE por nombrar solo algunos, además de familiares cercanos al propio primer mandatario.
Se nos ha predicado hasta el cansancio que primero los pobres, pero hemos visto a través de los gobiernos y gobernantes de nuestro querido pero golpeado y exprimido México, que en realidad la frase predilecta de la gran mayoría de la clase política mexicana es “no me des, pero pónme donde hay”, sigue vigente.
Finalmente, es de destacar un reciente comentario del mismísimo Presidente López Obrador, que por cierto, para el que escribe, es uno de los más desafortunados que ha hecho (y vaya que a tiene en su haber un largo catálogo de ellos). Hace solo unos días, después de lamentar los más de treinta asesinatos de candidatos en estas elecciones, dijo: “….ahora que hay una elección, se complica porque se trata de una contienda política. Hay intereses, y los medios de información, no todos, con el afán de enrarecer el ambiente, antes le llamaban sensacionalismo, ahora es amarillismo, entonces, la nota roja adquiere un papel relevante en los medios”.
En otras palabras, y es pregunta: ¿si ocurren o siguen ocurriendo estos actos violentos, los medios de comunicación tendrán que callar y ocultar esa información sino quieren ser señalados o etiquetados como sensacionalistas o caer en el amarillismo para así seguir “obedeciendo” a grupos conservadores con oscuros intereses y, además, vender más periódicos o llegar a más lectores o a una mayor audiencia en general?
Vaya ligereza e indiferencia en abordar una situación tan trágica para los familiares de los que perdieron a su ser querido que debido a la violencia incontrolada sigue fustigando nuestra sociedad, y no solo por la falta de atención de los gobiernos estatales, donde han ocurrido -como también señaló- sino también por la persistente huella del crimen organizado, responsabilidad de este gobierno federal que no ha logrado aplacarlo y mucho menos detenerlo.
Siga cuidándose
AFC