El teléfono celular y los candidatos
En nuestros días a nadie le causa mayor asombro esta maravilla de la tecnología moderna que son los teléfonos inteligentes.
Estos aparatos forman parte de nuestra rutina cotidiana y hoy proliferan aplicaciones que nos simplifican la vida y nos llevan a niveles de convivencia social impensables hace apenas una década.
Desde este sencillo -en apariencia- dispositivo, podemos ordenar una pizza, solicitar un taxi, reservar un hotel, convivir en una reunión de amigos y familiares, y hoy es la forma más importante de interacción entre las personas en tiempos de la pandemia. A través de una aplicación digital podemos vender, comprar, hacer pagos y recibirlos, hasta trabajar, estudiar, jugar y entretenernos Y las cosas apuntan para más.
Ahora que estamos en plena temporada electoral da pena ver que la inmensa mayoría de los candidatos de todos los partidos, viven de espaldas a esta revolución industrial.
Estamos en el umbral de la mayor transformación tecnológica que se haya visto, donde habrá cambios que van a modificar nuestra forma de vida de una manera brutal. A nivel mundial se perderán millones de empleos, pues las personas serán sustituidas por máquinas inteligentes y sistemas digitales que ya hoy atienden a los consumidores. El banco BBVA, en España, pondrá en la calle a mas de 3 000 de sus empleados que ya no son necesarios. Esto apenas es el comienzo.
La pandemia aceleró este proceso de transformación. Con la instalación obligada del “home work” miles de empleados ya no regresarán a sus oficinas, es más, muchas de estas ya han sido cerradas de forma definitiva en diversos países. La venta de productos al por menor ya se está haciendo a través de internet y ya no hace falta tener estos productos en una tienda, cuando cualquier mercancía puede llegar al comprador a través de las empresas de mensajería.
Este nuevo mundo nuestros políticos no lo entienden, algunos incluso pretenden frenarlo, como aquellos que se oponen a los UBER, o desprecian la aplicación de renta de habitaciones a través de Air B&B. La plataforma digital para solicitar un taxi será en poco tiempo universal, y en algunos años, no habrá taxistas, serán automóviles inteligentes conducidos por una computadora los que brinden este servicio, además no usarán gasolina sino electricidad para moverse. Pero en tanto ese tiempo llegue a quienes manejan un taxi, les vendría bien modernizarse y en lugar de luchar contra las plataformas digitales, utilizarlas en su beneficio.
Estamos parados ante una nueva realidad, una nueva era. Necesitamos líderes que entiendan esto y estén preparados para conducirnos con éxito en esta transición.
Los políticos que no comprenden la tecnología, no nos servirán, no podrán dar las respuestas adecuadas a las nuevas necesidades que nos están surgiendo hoy.
Debemos exigirles a aquellos que aspiran a gobernar que tengan cuando menos la disposición de aprender nuevos conceptos, familiarizarse con los avances tecnológicos y proponer medidas inteligentes para aprovechar esta revolución tecnológica en lugar de pretender, inútilmente, frenarla.
Oponerse al cambio de la tecnología y apostar por el pasado, es renunciar al presente.