Turismo de Tlacoyo
A pesar de la pandemia y la crisis económica mundial, Los Cabos, siguen siendo hoy uno de los referentes turísticos más importantes del país y que apunta a tener una rápida recuperación.
Pero la bonanza financiera que genera esta actividad poco se distribuye entre la población local. Mas allá de los empleos directos que genera y el consumo local de algunos bienes y servicios, el resto de la población no recibe directamente los beneficios de esta importante derrama económica.
Sería interesante lograr que más personas y sectores de la sociedad tuvieran contacto directo con el turismo ofreciéndoles productos y actividades en las mismas colonias de la periferia de la ciudad donde residen quienes cuentan con menos recursos económicos.
Es una realidad que el valor turístico de nuestra ciudad es igual a cero. Descontando los resorts de playa y el centro de la ciudad, no tenemos atractivos históricos, ambientales, culturales o recreativos que atraigan la atención del turismo.
Una alternativa podría ser la creación de mercados de comida donde las familias pudieran trabajar y ofrecer la gran variedad gastronómica de nuestro país a los visitantes extranjeros y nacionales. Ahí mismo se podrían instalar puestos para la venta de artesanías y souvenirs y una amplia gama de actividades que resulten de interés para quienes nos visitan.
Esto sin duda aportaría bastante al menú de puntos de interés turístico de Los Cabos, y generaría recursos para cientos de familias, amén de que ayudaría a sanear y mejorar la imagen urbana de la ciudad.
Sobra decir que proyectos de este tipo no se pueden sentar sobre charcos de aguas negras, montones de basura, en espacios inseguros, mal iluminados y en medio del desorden urbano.
Habría que comenzar por sortear estos obstáculos. Pero, de entrada, al hacerlo, eso sería ya una ventaja para la población local.
El turismo debe de ser de beneficio para todos. Hasta para quienes venden tlacoyos, pambazos, gorditas de chicarrón y tamales de puerco y pollo en salsa verde y roja.
ASS