México.. ¿Caso perdido?
Parecería que el país va en un tobogán hacia
el precipicio: la crisis sanitaria y el imparable número de muertes por Covid,
la cada vez más pronunciada crisis económica y el creciente desempleo, junto
con la inseguridad, la impunidad y la violencia parecen ser los principales
flagelos que nos aquejan. Pero detrás de todos ellos están los responsables, o
los supuestos responsables, de combatir estos problemas.
Sin embargo, muchos de ellos, a quienes más
bien debo llamar irresponsables, integrantes
del
partido Morena y encabezados por su líder el presidente López, están
demostrando ser sumamente hábiles en el CINISMO ("que expresa desprecio
hacia las convenciones sociales y las normas y valores morales"), la
MENTIRA ("Engañoso o falso"), y en la MANIPULACIÓN DE LA VERDAD
("Intervenir con medios hábiles y, a veces, arteros, en la política.... en
la información.. con distorsión de la verdad o la justicia, y al servicio de
intereses particulares").
Después de un año y medio de gobierno no creo
necesario acreditar lo que hasta ahora se define la relación de MORENA con la iniciativa privada y con la
clase media. Su retorcida visión mesiánica de ser los salvadores de la patria,
que comparten con su líder, no es otra cosa que una intención revanchista
contra quienes, con su trabajo y dedicación, han logrado superarse y
representan la principal fuerza económica y pensante de nuestra sociedad.
Por lo pronto, debernos dejar de caer en su
maquiavélico y polarizador marco conceptual de chairos vs fifís, conservadores
doble cara, empresarios ladrones, neoliberales corruptos (por cierto, para su
información, el neoliberalismo no es otra cosa que una "Teoría política y
económica que tiende a reducir al mínimo la intervención del
Estado")...
por supuesto ha habido neoliberales corruptos, (sí, muchos lamentablemente)
pero igual los hay en regímenes socialdemócratas, de centroizquierda o
socialistas, tal como los hay
en el
propio partido Morena.
Este grupo político desprecia la verdad, la
ciencia y la tecnología, el arte y la cultura y, peor aún, el bienestar del
pueblo (y así han producido millones de pobres y de muertos en tiempo récord).
Las propias vidas y el bienestar de los mexicanos les importan un bledo. Es el
poder, por el poder.
Así que ya basta de pan, circo y rifas de
aviones, tarde o temprano se les va a caer el teatro y como dicen por ahí, les
van a crecer los enanos. Pero para ello es necesario que los mexicanos tengamos
conciencia social y, en pocas palabras, que seamos "entrones" para
darles la batalla.
Requerimos activismo político, organización,
ideas renovadoras, interacción y unión entre todos, basados en la acción y la
participación decidida de la ciudadanía (las mujeres pueden y deben jugar un
papel fundamental), apoyados por la oposición (principalmente partidos y
gobernadores), empresarios y organizaciones no gubernamentales.
Adicionalmente, la bandera política de esta
fuerza opositora deberá promover un verdadero respeto al marco constitucional y
a la división de poderes, la austeridad gubernamental (quirúrgicamente, no con
machete), respeto a organismos autónomos e independientes como contrapesos de
gobierno, apoyo financiero y fiscal a empresas y al empleo, y hacer realidad el
ingreso universal, (durante pandemia), respetar y promover el carácter
prioritario y estratégico del turismo, convertir la explotación petrolera y de
la energía eléctrica en un negocio redituable y de bajo costo para la
población, respeto irrestricto al medio ambiente y apoyo a energías limpias y
sustentables, reasignación del presupuesto hacia políticas económicas contracíclicas
y postergación o abandono de los proyectos faraónicos (y rescate del aeropuerto
de Texcoco), por citar algunas de las más importantes.
Por último, como dice el Presidente cada vez
que le falta el respeto a alguien desde su privilegiada tribuna..."con
todo respeto" le pregunto: ¿qué no decretó usted, y así lo ha repetido
hasta el cansancio, que la corrupción ya se terminó?
Bueno, entonces póngase ya el cubrebocas y,
aunque ya nos ha dicho que "su pecho no es bodega" y que dice lo que
piensa, yo, otra vez respetuosamente, le sugeriría que no diga todo lo que
piensa, y mejor piense bien lo que dice... por el bien de México y por la
dignidad nacional.
Roberto
Jáuregui Zentella