Lamentablemente conforme la crisis sanitaria y económica
avanza, los esfuerzos para mantener una comunidad unida, es cada vez más
difícil.
Pero es
precisamente en estas circunstancias cuando los liderazgos sectoriales
realmente deben cumplir -ahora más que nunca-, con su principal función que es
la de guiar, aconsejar, convencer y sobre todo concientizar a través de
mensajes enfocados a combatir el virus.
Aquí en Los Cabos
es evidente que, al menos en los mensajes,
hay una coincidencia universal que es el de tratar de evitar, al máximo
posible, los contagios por el Covid y en consecuencia los decesos y poder
recuperar, tan pronto se pueda, la tan lastimada economía que nos está
ahogando.
Así hemos visto
que líderes o voceros de grupos sindicales, del transporte, del comercio, de la
hotelería e incluso de la burocracia, tratan de realizar consensos para discutir
el contenido de los mensajes, su diseño y, sobre todo, los vehículos adecuados
para difundirlos.
Obviamente en
muchos casos es más la intención que la creatividad y efectividad; en otros se
acierta en la creatividad mas no en la forma de difundirlos; en otros casos
puede que los canales de difusión sean aceptables, pero la forma de dar el mensaje
por su escasa creatividad o claridad, deja mucho que desear. No faltan otros
que parecen tener generosas dosis de protagonismo por intereses personales o políticos.
Afortunadamente
predominan los que tienen la mejor intención aunque a veces a la hora de
ejecutar las ideas, estas parecen desbocarse sin ningún orden.
Existe la creencia
e insistencia de que estar machacando día tras día en la radio y en redes con
los mismos mensajes o discursos, con las mismas voces, debe funcionar, pero no,
la prueba es que la gente (no toda,
claro está) sigue saliendo a las playas, calles y a su vida cotidiana en
general valiéndoles un soberano pepino, los mensajes y el uso del cubrebocas
que, como se ha insistido, ya debería ser obligatorio como en otros estados y
países.
Otro tema igual de
importante es lo relacionado con la información médica sobre el virus que se
está ofreciendo por las autoridades correspondientes que, a decir verdad, no es
la mejor que digamos ya que las dudas y las preguntas persisten conforme
avanzamos en el tiempo, en los contagios y muertes, no obstante que podríamos
decir es lo normal, lo que ya no es normal o, más bien, inaceptable, es que lo
que antes se ofrecía a través de la información como un servicio comunitario de
salud para cualquier persona que tuviera los síntomas –recuerdo- la atención
era inmediata y eficaz, ahora, lamentablemente ya no es así.
Hoy conocí un caso que, si bien no es lo dramático que
muchos otros son, sí es un vivo ejemplo de lo que menciono arriba. Se trata de
un joven chofer de 30 años que al
saberse enfermo por los síntomas que las mismas autoridades hicieron públicos,
hizo todo lo que estaba indicado: llamar al número Covid, también a la video-llamada
médica así como al IMSS, al cual está afiliado.
El caso es que
hace un par de días, después de realizar las llamadas sugeridas durante una
semana e incluso ir personalmente al IMSS Centro de SJC (extrañado porque antes
le decían que no saliera de su casa) y después de casi 10 horas de espera desde
las 6 de la mañana rodeado de gente que hacía fila para lo mismo, sin sana
distancia y a pleno sol, finalmente le negaron realizarle la prueba o
examinarlo por el personal médico especializado. O sea que ni lo uno, ni lo otro.
La respuesta (que
no dudo sea la verdad) es que están saturados y que ya no tienen la capacidad
suficiente. Mientras por otro lado se presume que en este estado es donde más
pruebas se realizan y donde casi todos los días se proporciona información
oportuna y atención a quien lo necesite, lo que obviamente no es cierto.
Y hablando de
información -y lamento decirlo-, las cosas no van tan bien que digamos ya que
si uno como periodista quiere concertar alguna entrevista en el sector público
o privado para obtener alguna información de la que creemos de interés general,
en algunos casos (pocos, afortunadamente) como es el del IMSS estatal, pues
nomás no hay forma, la indiferencia es tácita. En el IMSS la titular de
Comunicación Social ni contesta los llamados. Todo debe ser en la Conferencia
de Prensa y; del sector privado, el CCC se limita a contestar con un escueto
mensaje negándose y ya. Así se maneja la comunicación social en tiempos de
Covid.
Termino diciendo
que estamos viviendo tiempos en los que todos debemos contribuir y colaborar (en
lo que nos toca), para que en coordinación, sin competencias o divergencias, hagamos
un gran frente común contra el virus difundiendo y concientizando lo más
posible la aplicación de las medidas recomendadas incluyendo el uso de la
mascarilla en todas sus modalidades, por el bien de toda la sociedad…de todos
nosotros.
Cuídese
AF