¿Eres liberal o conservador? ¡No manches!

 Yo como la inmensa mayoría de los mexicanos, no soy miembro de ningún partido político. Nunca he sido funcionario público y tampoco he recibido despensas, vales de gasolina, ni nada que se le parezca.  Entonces, no tengo ningún compromiso para defender, justificar o adular a nadie que ejerza el poder político, y esto incluye a quienes ostentan también el poder económico, gracias a Dios, no estoy en la nómina de nadie. Y además en los medios de comunicación donde participo con mis editoriales o mis comentarios, no recibo pago, compensación monetaria o prebenda de ningún tipo.  Lo que me deja fuera de la lista de quienes escriben a sueldo ya sea para adular al gobierno o atacarlo, sean “liberales o conservadores”, por lo tanto, soy libre de opinar de acuerdo con lo que dicte mi conciencia. Igual que lo hace cualquier ciudadano del mundo en una sociedad democrática.

  En cuestión de simpatías políticas, con los años he aprendido que izquierda y derecha son las dos caras de una misma moneda. En nombre de una y otra se han cometido los crímenes más atroces contra la humanidad que se conozcan y para muestra basta ver los resultados de las dictaduras fascistas y comunistas en todo el mundo desde 1917 con el triunfo de la revolución de octubre en Rusia.

  Todo lo anterior mis escasos lectores, viene a cuento porque ahora nuestro presidente (es nuestro, yo voté por él, y lo hice como lo pidió, voto completo y parejo para MORENA, sin conocer siquiera quienes eran los candidatos) nos ha pedido que nos definamos, que ha llegado la hora de tomar partido. Estamos a favor de la transformación o en contra de ella, dice.

  Y el llamado me parece que viene muy a propósito en estos tiempos de confusión, porque yo voté por un cambio para que se acabaran las mentiras, no para que “tuviéramos otros datos”. Voté a favor de que se terminara la corrupción, pero no a favor de disimularla, voté para que hubiera mayor libertad de expresión, no para que nos lanzaran una horda de fanáticos rabiosos a atacar a quienes opinamos diferente a como lo hace el gobierno.                                                                  

  Voté por MORENA porque este país necesita ser transformado desde la raíz. Y en eso estoy de acuerdo con Obrador, pero como buen libre pensador, tengo el derecho de decirle a este señor, a sus seguidores y a uno que otro esbirro suyo, que las cosas tienen una lógica, un fundamento y que aquellas en las que esté de acuerdo y vea yo, según mi criterio, que aportan beneficios reales a nuestra sociedad con mucho gusto habré de celebrarlas, pero del mismo modo, todo lo que sea producto de la necedad, el capricho, la tozudez, el mal juicio y atente contra la democracia, el medio ambiente, los derechos humanos y las libertades que hemos conquistado como sociedad, recibirá mi desaprobación pública.

  A como van las cosas, yo estoy viendo que el principal enemigo de la Cuarta Transformación es el mismo López Obrador.

  Esto lo comienzan a notar ya los miembros de MORENA, cada día son más los personajes de alto rango dentro del partido que cuestionan públicamente al presidente. Ya no se quedan callados, lo contradicen, objetan sus propuestas, las bloquean en el senado de la Republica. Y así debe de ser en toda democracia.

  Por el bien de México debemos defender su transformación y exigirle a López Obrador, que cumpla lo que nos prometió.

¡No robar, no mentir, no traicionar!

Nada de que yo tengo otros datos, ¡no manches!

armandosanchezsalcido@gmail.com