Cosechando tempestades
Un joven de 25 años sale a ejercitarse por la tarde del domingo 23 de febrero de este año. Mientras corre tranquilamente por una zona residencial, dos hombres le cierran el paso y uno de ellos, tras un breve forcejeo entre ambos le dispara en tres ocasiones a quemarropa con una escopeta recortada, el joven muere de forma inmediata. Los responsables de este crimen son un expolicía de 64 años, Gregory McMichael y su hijo de 34 años, Travis McMichael, quien fue quien disparó sobre la víctima, Ahmaud Arbany, con el pretexto de que parecía sospechoso de haber cometido un robo. El caso cobró mayor relevancia porque la víctima era de raza negra.
El fiscal del condado, George Barnhill, decidió que no había suficientes pruebas para arrestar a los McMichael, ya que la legislación de Georgia permite a los ciudadanos detener a un delincuente en caso de presenciar una ofensa o si tiene conocimiento inmediato de ella. Y que el uso del arma de fuego pudo ser en defensa propia.
Gregory McMichael, había trabajado al servicio de la fiscalía por muchos años en calidad de investigador policial.
Desde el día del incidente ambos hombres, padre e hijo fueron absueltos por el fiscal de toda responsabilidad.
Finalmente, en la primera semana del mes de mayo se difunde un video en redes sociales, donde se ve claramente el asesinato del joven afroamericano a sangre fría por parte de sus victimarios. A partir de la publicación de este video se desata una ola de protestas que obliga a las autoridades de Georgia a detener a los asesinos, el día 7 de mayo y fincarles cargos por homicidio agravado a padre e hijo.
Este alevoso crimen de odio racial se suma a los miles que se han cometido en toda la unión americana en los últimos años, donde han cobrado un relevante papel las fuerzas del orden que de forma sistemática son exhibidas en redes sociales y medios de comunicación ejerciendo brutalidad policiaca contra los detenidos hasta causarles incluso la muerte.
El clima de intolerancia y el fomento del odio racial, emana desde la máxima figura oficial, que es el mismo presidente Donald Trump, quien utiliza métodos de propaganda que nos hacen recordar a Adolfo Hitler, tanto en su contenido como en su dramatismo y protagonismo teatral.
El estallido de las protestas y la violencia que se ha desatado en más de 50 ciudades norteamericanas, a raíz del asesinato de George Floyd, ciudadano negro a manos de la policía de Minesota, evidencia el hartazgo social y la polaridad de la sociedad del pais del norte.
Donald Trump, en estos momentos está cosechando las tempestades que ha sembrado, provocadas por sus posturas racistas y sus declaraciones inhumanas que alientan a quienes lo siguen a actuar de forma intolerante y discriminatoria contra toda aquella persona que no sea de piel blanca. Especialmente ocurre esto entre los individuos que ostentan alguna posición de poder como es el caso de los cuerpos policiacos.
Era solo cuestión de tiempo que se desarrollaran estos eventos trágicos.
Y la historia no termina aquí. Vendrán expresiones
de zozobra y agitación social mayores conforme se enrarezca el ambiente por la
proximidad de las elecciones en los Estados unidos.