Y estalló la burbuja




EN EL 9 LA MUJER NO SE MUEVE

 La desigualdad, inseguridad e injusticia que como mujeres sufrimos por el hecho de ser mujeres ha sobrepasado los límites que teníamos para callarnos y aparentar que no pasaba nada, hemos llegado al punto de levantar la voz para exigir ser escuchadas. El machismo, sexismo, la explotación y la violencia contra la mujer ha pasado a ser un problema social nacional al que no se le ha dado la relevancia que requiere y no ha sido atendido de manera urgente, provocando un escenario más de crisis de igualdad de derechos y de oportunidades que han provocado un menor desarrollo en la calidad de nuestras vidas.

  No es un problema menor al que nos enfrentamos, el aumento de la violencia hacia la mujer se ha incrementado de manera preocupante, según los últimos datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), cada 15 minutos matan a una persona. Y en términos particulares para las mujeres, se estima que hay 10.5 feminicidios al día. En el Informe oficial del SESNSP  del 2019 respecto a la violencia contra la mujer en México, se expuso que se realizaron 976 feminicidios en el país, los estados de Veracruz, Estado de México y la Ciudad de México encabezan esta lista con más de 68 casos por estado, incluso Veracruz duplicando esa cantidad, sin embargo, las organizaciones sociales especialistas en este tema han señalado que la cifra de mujeres asesinadas es mayor a la reportada.

  Es evidente que en México la situación de violencia contra las mujeres es preocupante. A pesar de la implementación de leyes, tratados internacionales y estrategias nacionales que buscan prevenir, sancionar y erradicar este problema hasta el momento no se han logrado los objetivos de evitar estos actos ni se ha podido detener la violencia en contra de nosotras, se atenta contra la dignidad, integridad, libertad, libre desarrollo, tranquilidad y seguridad de todas las mujeres en el país.

  La marcha de protesta por la violencia contra las mujeres en diversos estados de la República que ha coincidido en efectuarse el 8 de marzo, día de la mujer y el lunes 9 de marzo se realizará el Paro 9M en el que se busca que ninguna mujer vaya a trabajar, a la escuela ni alguna actividad que signifique producir o consumir para evidenciar la importancia que la mujer tiene en la vida diaria del país y de una vez por todas, responder la incógnita de ¿Cómo sería un día sin nosotras; Estas acciones ya han sido realizadas anteriormente en Estados Unidos e Islandia.

  ¿Qué implicaciones tienen estas medidas? ; Según datos del INEGI, las mujeres representamos el 40% de la fuerza laboral en el país, 77% en las tareas domésticas no remuneradas, es decir, de manera directa existe una relación de importancia entre nuestros labores y el desarrollo del país, en datos numéricos nuestra fuerza laboral representa 37 mil millones de pesos y respecto al consumo, si las mujeres dejamos de consumir se perdería el 50% total de las ventas en ropa y calzado, en educación y ocio 49% y el 55% en el mercado de la salud.

  El mensaje por una parte es evidenciar que las mujeres contribuimos de manera significativa en el desarrollo de nuestro país pero por otra parte es concientizar a todos los ciudadanos de que hemos llegado a un punto donde una estudiante, una secretaria, una madre, una enfermera o una gerente no regresan a sus casas o peor aún, son asesinadas en ellas. Se trata de exponer que estos lamentables actos se han vuelto algo cotidiano en nuestro país y no se han realizado políticas públicas para combatir de manera eficiente a los entornos machistas y castigar de manera ejemplar los delitos contra la mujer.  

  Rechazo  las posturas que han empezado a surgir de pensar en el 9 de marzo como un día de asueto y no en sentir la ausencia de la mujer, considero que es una postura equivocada que únicamente refuerza más la necesidad de hacernos escuchar.

  Por esto, es importante preguntarnos: ¿Después del 9 qué nos mueve? En lo personal, considero que es un momento de reflexión en el que podemos recapacitar todos, de evaluar nuestras acciones y darnos cuenta de lo que hacemos mal y afecta a otras personas. En estos momentos, las mujeres desempeñamos el papel de víctimas pero en un mes podrían ser los indígenas, al otro los migrantes, al siguiente los niños y el próximo año las personas de la tercera edad. Lo que realmente quiero decir, es que, es un momento crucial para meditar, de entender la relevancia que tenemos todas las personas por igual para el crecimiento y desarrollo del país, de comprender que sin la persona que está a lado de mi yo no podría desarrollar mi vida como la hago, que la ausencia de una persona nos afecta a todos, pues todos realizamos acciones que permiten el desarrollo de nuestro día a día.

Por todo lo anterior, lo que nos debería mover después del 9 es erradicar las desigualdades en la sociedad, dejar de ser egoístas pensando únicamente en el yo y realizar acciones que dignifiquen a cada una de las personas de nuestro alrededor, pues será evidente que nos necesitamos entre todos para conseguir nuestras metas.

 

SZ






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