La marcha, el racismo, la corrupción y otras monerías
Inevitable comentar la muy promocionada marcha vs Trump del domingo, no solo en la ciudad de México sino en otras ciudades del país. Para muchos las expectativas creadas se vinieron abajo después de conocer que los convocados no fueron los que se esperaban a pesar de la gran difusión realizada en los medios.
Si bien mucho se comentó que México ya se había tardado a pesar de que, en el resto del mundo, desde el día uno (el de la “coronación” de Donald I), ya se habían manifestado miles de personas en muy diferentes países contra este advenedizo sujeto que en menos de un mes ha generado un verdadero torrente de reacciones de repudio en todos los niveles, de todos los estratos sociales y en muy diversos países de distintas lenguas, costumbres y religiones.
El caso es que en esta primera convocatoria para demostrar el enojo y rechazo a la política de Trump contra nuestro país, las cosas no salieron como se esperaban. Fue evidente la falta de experiencia de los organizadores que solo lograron convocar a poco más de 20 mil personas en la ciudad de México. En Guadalajara solo15 mil personas y muchas menos en ciudades de 17 estados de la República.
¿Qué sucedió? Pues que aun no se ha medido el riesgo que Trump representa a pesar de todo lo que este individuo ha dicho y hecho ofendiendo y despreciando nuestro país.
Todavía hay quien dice que no es así, como mi amigo y colaborador Luis Klein, quien sigue justificando su conducta. No se comprende cómo puede un mexicano aceptar que te digan: “voy a construir un muro y tú lo vas a pagar”. Si ésto no es una muestra de desprecio con harta dosis de ‘bulling’ y complejo de superioridad, entonces no sé qué cosa es.
Pero su racismo y discriminación va más allá de su desdén hacia los morenos, pobres e indígenas, sino que también hasta los que se consideran parte de los burgueses y privilegiados blancos mexicanos que forman parte de la élite del gobierno de Peña Nieto, también les tocó en sus recientes visitas a la Casa Blanca, ya que mientras estaban ahí, los surtieron con sendos mensajes agresivos referentes a la construcción del muro cuando supuestamente ya no se hablaría públicamente del tema (según el ’pacto’ que hicieron los dos presidentes) o sea, que volvió a mentir como en tantas otras ocasiones.
Pero volviendo al tema de la marcha, quizá otra de las razones por las que no fue un éxito es también porque, al parecer, salir a protestar a la calle ya no es suficiente para lograr algo. Cuando en el 2004 con “la marcha blanca” contra la violencia, se logró reunir a más de un millón de personas, sin embargo a la postre fue ninguneada y poco se logró. Ahora y a pesar del hartazgo de la sociedad mexicana por la debilidad de nuestro gobierno en no presentar una posición firme ante Estados Unidos para exigir más respeto, por no detener la corrupción que lejos de combatirla parece que la fomenta con la impunidad de la que gozan exgobernadores pillos y prófugos que en su momento eran el orgullo del “nuevo PRI” (leáse los Duarte, Borge, Medina, Yarrington, etc..). Así, con qué ganas ir a protestar cuando se sabe que poco se puede lograr ya que nuestro propio gobierno hace nada o casi nada para enderezar el barco además de que nos avergüenza ante el mundo ya que lo que le falta en carácter y firmeza le sobra en corrupción y debilidad.
Por lo pronto las promesas de Trump ya comenzaron a cumplirse como la las redadas, los arrestos masivos y las deportaciones, que si bien hasta el momento muchas de ellas son justificadas, otras están basadas en racismo y la discriminación innata de Trump hacia los latinos y en especial hacia los mexicanos. Para él, como dice el académico Carlos Heredia, los inmigrantes siempre han significado brazos y fuerza de trabajo pero jamás personas de carne y hueso con familia. O sea que una vez que se utilizan, lo mejor es que vuelvan invisibles dentro de la sociedad estadounidense donde solo se les necesita mas no se les quiere.
En cuanto al estilo y colaboradores de Trump, la impresión sigue siendo de una tendencia fascista y autoritaria además de errática en sus protocolos y ridícula con los desplantes monárquicos como el defender a su hija Ivanka ante una tienda departamental a la que acusó de no tratarla bien por sacar sus productos de sus mostradores ya que no se vendían, pero el colmo es que una de sus asesoras en comunicación todavía se atreve a promover la venta de esos productos ante los medios desde la propia ¡Casa Blanca!
También, inevitable mencionar al maquiavélico Steve Bannon principal asesor (y para muchos el que realmente está detrás de las órdenes de Trump) y a quien nuestro amigo Klein alaba sin mencionar sus tendencias ultraderechistas con sus característica supremacía blanca que ya mostraba en su kukluxklanesco sitio web de Bretbart News, que tampoco mencionó.
En fin, seguiremos, sin duda, alucinando las ocurrencias de este personaje y comparsas que, mientras tanto, nos da mucha tela de donde cortar.
Cuídese
AF