Empresas navieras no dejarán de llegar a Los Cabos a pesar de los recientes actos de violencia
Arturo Musi, presidente nacional de la Asociación de Empresas para Atención a Cruceros Turísticos reconoció que uno de los puntos más sensibles que tiene el país como imagen y para el turismo es la seguridad, siendo ambos un binomio que funciona y debe funcionar siempre, es decir seguridad y el turismo, ya que la seguridad es una de las cosas que exige el turista cuando viaja a un lugar, por lo que está esperanzado de que la ola de violencia que se está viviendo tanto en Los Cabos y La Paz pueda controlarse pronto.
Musi reconoció que el alto consumo de drogas es un gran detonante para estos brotes de inseguridad, por lo que además de las estrategias de gobierno que deben tomar las autoridades las familias deben trabajar mucho en la enseñanza de los valores.
El presidente nacional de la Asociación de Empresas para Atención a Cruceros Turísticos mencionó que para que una naviera deje de venir a Los Cabos primero hace un análisis muy extenso de la situación de inseguridad que se vive no solo en CSL, sino en todos los puertos del mundo, por lo que aún no les preocupa que las empresas de cruceros pudieran tomar la decisión de dejar de venir a Cabo San Lucas, ya que por ahora no han ocurrido hechos violentos que pongan en peligro a los cruceristas.
“Para que deje de venir un crucero deben constatar que el destino es inseguro y en eso la prensa si ayuda a la masa, pero para que la naviera decida sus canales de conocimiento son más profundos, van a las embajadas, los sistemas nacionales de seguridad y es ahí donde dicen a qué lugar pueden llegar y a qué lugar no. Para que esto le pasara a Cabo tendrían que ser eventos muy directos en donde tuvieran un riesgo los pasajeros, pudieran llegar si algún pasajero pudiera verse en ese tipo de cosas, es lo que hay que cuidar mucho”.
Reconoció que la alta migración que vive Los Cabos también coloca al destino en un punto muy vulnerable, ya que a diario llegan cientos de familias que muchas veces no encuentran lo necesario para vivir en comunidad, lo que los hace presas fáciles para la delincuencia.