Ahora sí, a cuidarse más Presidente


No es asunto menor que nuestro Presidente se haya contagiado de Covid 19, como tampoco lo es su significado, por muchas razones.

El primer pensamiento que emerge es -sin la menor duda-, el deseo que López Obrador se recupere muy pronto y supere este contagio. Seguramente saldrá adelante dado que sus síntomas, como el mismo lo comunicó en su tweet, son leves además de que cuenta con un equipo de médicos, científicos y especialistas que le ofrecerán las mejores opciones para curarse y pueda seguir con su vida cotidiana y en condiciones físicas y mentales óptimas.

Evidentemente que las reacciones no se dejarán esperar ya que esta situación afecta no solo su salud y preocupación de su familia, sino a su intenso trabajo que se basa, principalmente, en las mañaneras, en sus giras a los estados así como presidir las reuniones para tratar asuntos de seguridad, salud, migración y los demás ligadas a su agenda diaria como presidente.

Pero, además de lo anterior, no faltarán los argumentos que su equipo de comunicación utilizará para explicar este contagio. Por un lado sus adversarios y no adversarios esgrimirán que esta situación no debió pasar si el Presidente hubiera seguido las medidas de seguridad que en los últimos meses su gobierno ha insistido en aplicar a toda la población para evitar precisamente más contagios y muertes: USO DE CUBREBOCAS, lavarse las manos constantemente y mantener las SANA DISTANCIA, entre otras.

Estoy seguro que las críticas vendrán en cascada porque el presidente ha hecho caso  omiso a esas medidas básicas de protección.  Vendrán frases como “Te lo dije”; “AMLO no eres Dios para no contagiarse”; “El capitán del barco no debe enfermarse”, “¿Por qué no se vacunó cuando llegaron las vacunas?”,  se hubiera justificado perfectamente, por razones de seguridad nacional, que nuestro presidente estuviese inmune para seguir al 100% guiando al país. Era más importante que se vacunara primero al mandatario que a cualquier siervo de la nación, sin quitarle el derecho que estos operadores del gobierno tienen.

Los populistas Trump, Bolsonaro y Boris Johnson al igual que AMLO que se resistían a usar el cubrebocas, también se contagiaron, otros mandatarios  más como Emmanuel Macron de Francia, el guatemalteco Alejandro Giammatei, el hondureño Orlando y otros más.  O sea que, ser presidente, rey o príncipe, no te exime del contagio. Es público que AMLO siempre se negó a usar el cubrebocas excepto cuando viaja en avión, además de que siempre aseguró que seguía las indicaciones de sus médicos-científicos entre los que se encuentra, ya sabes quién (sí , ése, el Rock Star).

La responsabilidad del Presidente ante el país y en especial ante la gente que le rodea (familia incluida), es altísima por lo que los señalamiento irán, primero, contra los médicos que lo asesoran y cuidan y que ahora  a lo mejor dirán: “se lo hemos estado indicando pero no hace caso”, o “ todos estamos expuestos y a cualquiera le puede pasar (incluso a los que moralmente no debería de afectar) ”. 

Ahora, más que nunca, habrá que investigar a fondo ¿Qué pasó?; ¿Dónde se pudo haber contagiado?; ¿Dónde estuvo en los días previos a que se enterara de que era positivo?; Se sabe que estuvo con varios de sus secretarios de estado (algunos ya habiendo superado el Covid) así como con otros asesores y diversos funcionarios y/o colaboradores como su traductora oficial y su ex jefe de gabinete Alfonso Romo.  El gobernador de Nuevo León Jaime Rodríguez, sin descartar la gente que se le aproximó.  Habrá que checar también todas las reuniones que tuvo: ¿Quiénes asistieron? ¿Quiénes  iban en los vehículos en los que fue transportado? Hay que destacar que el Presidente no utiliza el cubrebocas excepto cuando viaja en avión.  Habrá que hacer tests a muchos de los que, como él, tampoco usan cubrebocas y  que estuvieron cerca del Presidente en esos días.

Lo interesante será saber cómo se va a manejar mediáticamente ¿Cuáles son las lecciones y los cambios (si es que los hay) que tendrán que aplicarse por su nueva condición de contagiado aunque con síntomas leves. No podemos olvidar que el Presidente está en riesgo no solo por su edad (67 años) de adulto mayor sino también por su condición de hipertenso y que sufrió un infarto en diciembre de 2013.

Confío en que López Obrador saldrá adelante y pronto, pero repito, ahora que supere esta calamidad temporal, espero que sus acciones sean -al menos-,  cuidarse con más ahínco. Debe entender que su salud no depende de ninguna estampita de “deténte”, ni su supuesta responsabilidad moral lo hace inmune como lo dijo López Gatell, sino que es un ser humano como cualquier otro con una enorme responsabilidad, por lo que tiene que cuidarse más, cuidar a sus familiares, a sus cercanos colaboradores y a dónde va y darse cuenta de la importancia que tiene dar el ejemplo a todos los mexicanos con esta experiencia que está padeciendo.

Deberá entender también que no se vale decir nunca más que “No mentir, no robar y no traicionar” no son acciones mágicas para que no te contagies.

 

Reitero mi deseo de que se recupere y vuelva a sus funciones con más conciencia, congruencia y responsabilidad que antes de su contagio.

 

Cuídese

 

AF






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