Las aves de cuarta, o de la cuarta
AMLO ® de una u otra forma ha empatado a su discurso a ciertas referencias zoológicas. En particular, aviares.
Así las cosas, calificó de chachalaca (Ortatis policephola) al presidente Vicente Fox, ante ciertas declaraciones, que en su momento estimó estridentes e inequitativas. Ahora no tiene que ver tan lejos. Fox no dijo en su sexenio, en los seis años, en pro o en contra de nada o de nadie, lo que dice nuestro supremo líder en un mes.
Así las cosas, el entonces dirigente del PRD, hoy presidente de la República, impulsó una reforma para silenciar a las “chachalacas” que se materializó el 26 de enero del 2016. Esta reforma esta contenida en el Apartado C, de la Fracción III, del Artículo 41 Constitucional, y dice así:
“Durante el tiempo que comprendan las campañas electorales federales y locales y hasta la conclusión de la respectiva jornada comicial, deberá suspenderse la difusión en los medios de comunicación social de toda propaganda gubernamental, tanto de los poderes federales, como de las entidades federativas, así como de los Municipios, de las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México y cualquier otro ente público. Las únicas excepciones a lo anterior serán las campañas de información de las autoridades electorales, las relativas a servicios educativos y de salud, o las necesarias para la protección civil en casos de emergencia.”
Ahora el autor intelectual de la reforma arriba aludida, se duele de censura cuando el organismo encargado de aplicar la ley (INE), le quiere aplicar la misma a la chachalaca hoy en turno (según Fox, ya que ahora tal calificactivo se lo reviró recientemente). Que se haga la voluntad de Dios, en las aves de mi vecino.
Por otra parte, para manifestar su energía y determinación, se refugia en la fatiga del ganso. Cuando dice que algo va a pasar, porque va a pasar, no hace referencia a la voluntad de Morelos, ni en la tenacidad de Juárez. En su lugar nos dice: “Me Canso Ganso”. Con eso se sabe, en este gobierno, que su tenacidad y su intención esta labrada en roca. No sabemos a qué clase de ganso se refiere. Germán Valdez, “Tin Tán”, autor original de la frase, falleció antes de decirnos a que tipo, de las decenas de tipos de gansos que hay, se refería.
Inevitable es hacer referencia a las “guacamayas”, que es el equipo de Beisbol, de su hermano Pío. Sí, el de las bolsas de pan, llenas de dinero, el orgullo de su nepotismo, que recibirá 89 millones de pesos, para “remodelar” su estadio.
Hablando de Pío (hasta suena como onomatopeya del hablar de las aves. Así es como hacen los pollitos) hay que recordar a los “tucanes”, del Partido Verde, los cuales se sospecha estaban atrás de “aportaciones de la gente” a AMLO ®
y que mantienen vigente su membresía con el Gobierno en turno, para llevarse su mochada del presupuesto, como lo hicieron con otros gobiernos, antes que éste, y lo harán después, mientras les dure el registro.
La colección no termina ahí. Hay “Correcaminos” que irán de pueblo en pueblo, vestidos del marrón de MORENA, otorgando la gracia de la vacuna, por la gracia del Tlatoani. De l@s doce tipos que integran la “brigada” dos saben de medicina, cuatro de armas y logística, y los otros seis, la mitad, de grilla. Esos seis se encargan de que cada vacunado se entere por la gracia de quién está recibiendo su vacuna. Es año de elecciones. Hay que correr, y rápido, para conservar el Congreso, y de repente, agandallarse una gobernatura. Aquí hay un estímulo perverso. Al gobierno le conviene que mueran muchos, para que sea debidamente valorada, y luego votada, la aplicación de la vacuna. Mientras mas mueran, más le darán las gracias por el don de la salud. Por eso no nos dejan participar en el esfuerzo de vacunar. De que le den la gracias a un patrón, o al gobierno, ¿Qué es mejor?
Pero toda esa fauna aviar palidece ante una especie variopinta de aves. Los hay de todos los colores, edades. Tamaños y fortunas. Talentos y defectos. Han militado en uno, dos, tres o cuatro partidos políticos. Me refiero a los muchos “pájaros de cuenta”, que pueblan la cuarta trastornación. La palabra “pájaro” originalmente se utilizaba para referirse a los gorriones. Como se estimaba que el gorrión era astuto, el término se aplicó a hombres astutos, mañosos y listos. El termino “de cuenta” se utilizaba para resaltar su importancia. Si Manuel Bartlett, John Ackerman, Gerardo Fernández Noroña, Ricardo Monreal y un largo etcétera no son “pájaros de cuenta”, pues no sé qué son.
Para cerrar, no olvidemos a los zopilotes, a los carroñeros. Los que hurgan en la basura. La exponen, la transportan. Los que lucran con la muerte. Se hacen presentes, se exhiben, con la desgracia, con la muerte”.
¿Será solo coincidencia?
Gustavo A. Echeveste