Los motivos de las masas y de AMLO
Con esto de las elecciones -e incluso antes-, hemos vivido una especie de culto a las encuestas y estadísticas como nunca.
Si bien es de todos conocido que cualquier proyecto, negocio o esfuerzo publicitario o de promoción que no pueda medirse no tiene ningún futuro garantizado, también lo es que el exceso de mediciones, estadísticas o encuestas, también pueden llevarnos al desconcierto o confusión. Me explico:
Ya no son pocas las ocasiones que constatamos que con todo y el gran apoyo tecnológico que representan los cada vez más famosos algoritmos, las pronósticos basados en todo lo que menciono, han fallado.
Y es que, así como ahora tenemos más elementos para poder medir y predecir ciertos comportamientos o tendencias, pues también, al mismo tiempo, surgen resultados inesperados y aparentemente inexplicables que sacuden la credibilidad de las antes infalibles estadísticas, encuestas o tendencias.
Solo habría que recordar casos como el Brexit, las elecciones de Estados Unidos en 2016 en el que también fallaron los encuestadores y analistas; en México 2006, 2012 e incluso en las de 2018 que muchos se quedaron cortos en el arrastre de AMLO y sus huestes (reconociendo que un alto porcentaje votó como castigo a los gobiernos corruptos tanto del PAN como del oscuro e insufrible PRI).
Nuevamente los que se dedican a esto de la numeralia o los nomios, intentaron reveindicarse pronosticando que Joe Biden arrasaría, lo que no sucedió. Y más cuando cualquiera podría pensar que un líder como Trump con tantos y evidentes defectos como son la arrogancia, la prepotencia, su actitud antisistema o anti establishment con altas dosis de despotismo, racismo exacerbado, sus fobias contra México, la inmigración y su constante vicio y sobre todo su tendencia a mentir compulsivamente, ya de por sí eran motivos suficientes para pensar que la mayor parte de los votantes no lo apoyarían, pues ¡oh sorpresa! después de cuatro años de mostrar todas estas “cualidades” como ser humano, político y gobernante, pues nadie imaginaría que convencería casi a la mitad de la nación.
Fueron más de 70 millones de votos contra los poco más de 75 de Biden, lo que nos dice que algo anda mal en este arte de encuestar o de utilizar los dizque infalibles algoritmos ya que pocos atinaron a predecir de cómo terminarían estas elecciones (que aun realmente siguen en litigio) y que lo que están mostrando, es que pocas veces en la historia de la Unión Americana se había marcado tanto un divisionismo como el que ahora vemos.
El caso es que habrá que revisar más a fondo los métodos de medición masiva porque vemos que, o la gente no está siendo honesta al contestar o, simplemente es muy cambiante de opinión mientras está en curso alguna encuesta o, habría que replantear las fórmulas y métodos de la medición masiva.
Lo mismo podríamos decir sobre lo que está ocurriendo con las encuestas de aprobación de la gente a AMLO, a su gobierno, a la forma de combatir el Covid, a la percepción que tienen los gobiernos estatales y sus gobernados del desempeño del gobierno federal. Veremos que son desconcertantes. Por ejemplo: los resultados que arroja una organización como México Elige, cualquiera podría deducir que en una encuesta donde dos tercios piensa que el gobierno de AMLO es corrupto, y que el manejo de la pandemia ha sido más malo que bueno, pues es difícil digerir que AMLO siga con una aprobación general del 53%, y más cuando las críticas más cáusticas y mordaces que se han registrado jamás contra un Presidente, sigan aumentando todos los días.
La gran lección es que habrá que tomar distancia de las predicciones ya que todavía hay mucho que aprender de los motivos de las masas cuando vemos, a flor de piel, que casi llegamos a los 100 mil muertos, que seguimos siendo considerados como uno de los peores 4 o 5 países en el mundo en manejar la crisis sanitaria, cuando nuestros gobernantes se contradicen un día sí y el otro también. ¿Cómo entender que el octubre del año pasado México fue el primer país que reconoció y felicitó a Evo Morales después de unas elecciones más que cuestionadas incluso por la OEA y ahora ante el triunfo virtual de Biden sobre su amigo y buleador oficial, el chantajista Trump, adoptado y acogido por la política exterior mexicana, no lo felicita alegando que así lo dice nuestra Consititución (con Bolivia, dirán, fue diferente).
La verdad es que, como diría mi amigo John Smith: “mi no entenderrr”.
Siga cuidándose
AFC