Lecciones extrañas de Portugal, y una reflexión sobre los muertos, que no lo estaban

Recién se llevó a cabo el Gran Premio de Portugal.  Ganó Lewis Hamilton (Lewis Carl Davidson Hamilton) piloto inglés, nacido en 1985, en Stevenange, además de ser fuerte candidato a coronarse con ello campeón, por séptima vez en la categoría (para igualar a Michael Schumacher), se volvió el piloto con mas victorias en esa categoría, con 93.

Yo conozco por reputación a Juan Manuel Fangio, Jack Brabham, Graham Hill, Jim Clark, Jackie Stewart y a Emerson Fittipaldi.  De ahí siguieron grandes hombres, a los cuales si vi correr, como Niki Lauda, Alain Prost, Nelson Piquet, Ayrton Senna (mi favorito, QEPD), Michael Schumacher Sebastián Vettel y un largo etcétera.  Pilotos que, a saber y decir de los conocedores, corrían mejor y más bonito que Lewis.  Es una pena que todos hayan ganado menos.  En mucho se le da el mérito al carro.  

Todos los campeonatos de Hamilton han sido a bordo de un auto con motor Mercedes.  En algún tiempo bajo la escudería McLaren Mercedes, en otras bajo la escudería Mercedes AMG, en unión con otros patrocinadores.  De hecho, esa escudería, Mercedes-AMG ha ganado, incluyendo sin duda el 2020, del 2014 para acá. 

La lección de hoy viene del patrocinador principal, Petronas, que también da nombre al equipo “Mercedes AMG Petronas Motosport.”  Ese nombre se ve impreso en los autos y en los uniformes.  Eso provoca básicas preguntas. ¿Qué es Petronas? ¿De dónde saca dinerito, para jugar a las carreras, y bien? 

Había oído hablar de, y visto en películas, esas gigantescas torres gemelas, también llamadas Petronas, en Malasia, unidas por un puente alucinante, muy, pero muy cerca del cielo.  Sin embargo, no sabía a qué se dedicaba la compañía dueña de tales torres, y patrocinador de tal escudería.  Como no lo sabía, indague en la red.  

La primera sorpresa fue que se trata de una compañía petrolera Malaya (Petroliam Nasional Berhad). Una compañía propiedad del estado Malayo, dedicada principalmente al petróleo, al gas, y en general a la energía, como nuestro PEMEX.  Ahí terminan las similitudes.  La segunda sorpresa es que, al abrir la página de información, se ve una foto de un gigantesco parque fotovoltaico, con leyendas donde Petronas aspira a una meta de una emisión neta de 0 de carbono, para el 2050, en su generación de energía.  Donde comenzó a aflorar la envidia fue cuando supe que Petronas no pierde dinero, como otras empresas estatales que conocemos.  Tan solo en el primer trimestre del 2020, sí, de este maldito 2020, ganó arriba de 13,700 millones de dólares.  Igualita que PEMEX. 

¿Se puede que una empresa petrolera estatal promueva las energías limpias y haga dinero?  A pesar de que los disfuncionales “funcionarios” del gobierno actual opinen lo contrario, el mundo esta plagados de ejemplos de que no solo es posible. Es recomendable.  No solo los Malayos van por esa ruta.  Si se indaga en la petrolera estatal Noruega, ahora llamada Equinor, también se ve, al abril su página Web, gigantescos aerogeneradores en el mar del Norte.  Le están apostando, mucho, a la energía eólica.  Hasta la “perversa” British Petroleum, encargada de explotar el petróleo en Irán, hace muchos, muchos años, ahora tiene una visión de llegar a una emisión neta de 0 carbono, para el 2050.  ¿Y nosotros?  ¿Cómo vamos con eso? 

No quiero ni pensar el alucinante efecto benéfico que hubiera tenido en la economía nacional, usar todo el personal y talento de PEMEX, para generar energías limpias.  El potencial de una sinergia con la CFE, en esa dirección.  El utilizar los recursos disponibles para hacer parques eólicos, fotovoltaicos o presas, en lugar de usarlos para quemar carbón y combustóleo, a lo idiota, o para construir o rehabilitar refinerías, que no servirán para nada.  ¿Quién podría hablar contra ello? ¿Cuánto ayudaría a la imagen del país, sin perder un gramo de soberanía?  

Pero el hubiera no existe.  Tenemos la peor petrolera del planeta, la compañía mas endeudada que existe, que pierde dinero a manos llenas, y no tiene recursos ni para promocionar carreras de triciclos.  Es lo que hay. Es lo que pasa cuando se pone a manejar a un jumbo jet, a un tipo que manejaba, y mal, una chinampa en Xochimilco, y que, para acabarla de joder, le dan miedo las alturas.  PEMEX, como está, jamás va a despegar. En fin, eso me pasa por ver carreras.  Me hace pensar boberías.  Me pone triste. 

Pero no todo es tristeza.  Recién nos enteramos, en la prédica matutina, que el PIB (Producto Interno Bruto) que había sido desahuciado y declarado muerto por el Tlatoani, y reemplazado por el índice de felicidad (en construcción), al tercer trimestre, resucito de entre los muertos, mostrando cabal salud, en relación con el trimestre anterior.  ¿Quién puede, en el planeta, presumir un crecimiento del 12.0%, en tan solo tres meses?  Albricias.  Mexicanos.  Llenaos de gozo.  

Con gusto se celebró, por primera vez en este gobierno, un incremento de PIB, respecto del trimestre anterior.  Parece que ese perverso índice neoliberal volverá a usarse, a pesar de que había estado en desuso, desde el año pasado, en que dejó de crecer.  

La explicación es fácil.  El trimestre anterior, Abril, Mayo y Junio del 2020 fue EL PEOR QUE HA HABIDO EN LA HISTORIA.  Hubo una caída de 18.7%.  Había que ser muy bruto para superar eso.  No había manera de que no creciera, así como no hay forma de evitar que un cadáver, a la intemperie, se hinche.  Alabar el crecimiento del PIB, en esas condiciones,  es como ver salud en la hinchazón cadavérica.  “… mira comadre… Pancho (QEPD)  se está poniendo llenito, yo creo que va a mejorar… “.  Al final del día, el cadáver hinchado terminará en los huesos.  Igual lo hará nuestro PIB.  Con todo y el “logro” recién obtenido, el retroceso anual será cercano al 9%.  Brutal. Inédito.  Pero hay que ser muy fijado para andar pensando en ello, y no celebrar el gran logro otoñal del magnífico equipo que conduce nuestro destinos… 

GAE