¿Será que estemos equivocados? II

  En la anterior entrega expuse la posibilidad de que la mayoría de las críticas a AMLO sobre todo en relación al estilo y la intención de gobernar, estén equivocadas, por lo que, tratando de hacer un esfuerzo buscando y rebuscando las razones de que algunas de sus decisiones nos han parecido errónea, pues con una gran imaginación y buena disposición, parece que estoy entendiendo que, lo que a veces criticamos de más es porque a lo mejor tenemos una disonancia cognitiva, célebre término psicológico atribuido al insigne científico, epidemiólogo e ilustrísimo investigador, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López Gatell, cuando reviró así a las críticas de legisladores que lo cuestionaban. Es decir, que disonancia cognitiva (Wikipedia) hace referencia a la tensión o desarmonía interna del sistema de ideas, creencias y emociones que percibe una persona que tiene al mismo tiempo dos pensamientos que están en conflicto y que impacta en nuestro comportamiento y forma de comprender (¿cómo la ve desde aí?)

  Tratando de seguir el mismo patrón, me puse a reflexionar también sobre las razones por las que AMLO haya depositado su confianza (claro que previo juramento de lealtad ciega hacia él y su 4T, como recientemente lo subrayó) para seleccionar su equipo de trabajo entre una fauna totalmente variopinta y que a lo mejor no logramos ver sus cualidades, en especial la honestidad y la lealtad. La aptitud no es indispensable.  Pensándolo bien, creo que así se logra un gobierno unido.  Ahora veo.

Así tenemos a varios personajes y situaciones seleccionados por sus adversarios perversos para criticar exageradamente a nuestro Presidente.

Y aquí va la lista:

Gustavo Ponce, Secretario de Finanzas del DF en tiempos de AMLO en el DF y  que fue grabado en las Vegas, en plena actividad lúdica en las mesas de juego  (¿que con qué dinero?, habría que imaginarlo; René Bejarano, el famoso hombre de las ligas y entregas de $$$ por Ahumada para vaya usted a saber qué favor que se iban a hacer; por supuesto el más controversial de todos, Manuel Barlett Díaz, viejo dinosaurio conocedor del teje y maneje de los pasillos internos, así como de las mazmorras y entrañas más oscuras de la política mexicana, al parecer esa es quizás su mejor aportación ya que, si bien representaba la antítesis de lo que AMLO detestaba, por alguna razón (que debe ser muy poderosa) se volvió tan cercano, que es el actual Director General de la CFE y todos sus derivados (sin duda un nombramiento muy estratégico que, para los que no entendemos, debe significar algo más de lo que creemos, pero que seguramente se justifica, ya que le ha tolerado todo, desde su emporio de bienes raíces con quién sabe cuántos inmuebles –hasta los pequeños intentos de transillas de su hijo vendiendo respiradores para el IMSS-.

 Siguiendo con los nombres pues, ahí está el de Rocío Nahle y las historias favoreciendo a uno de sus cuñados en Dos Bocas; y qué decir de Zoe Robledo, Director del IMSS y las asignaciones a sus familiares por algunos contratos; Napoleón Gómez Urrutia, senador que logró recomendaciones de sindicatos británicos, a pesar de la nefasta fama que lo acompaña como líder sindicalistas de los mineros y señalado de desvíos millonarios (mala prensa, sin duda).

 Y qué decir de la Secretaria de la Función Pública y la de su controvertido marido, el académico John Ackerman, también señalados (seguramente sin bases) de enriquecimiento inexplicable y acelerado.