México: La Expectativa
Hace unos
días recibí de un querido amigo, que apoya y admira al presidente López, un
estudio realizado por Scotia Inverlat qué trata acerca del control de
capitales, en el cual se señala que es poco probable qué México adopte ese
mecanismo en el corto plazo para controlar posibles fugas de capital.
1.-
Efectivamente, al menos al momento de elaborarse el estudio, las señales de un
posible control de capitales (también llamado control de cambios) parecían
lejanas.
2,- Como
en el documento se señala, la implementación de un mecanismo así tendría
sentido sólo en caso de problemas severos de finanzas públicas, del tipo de
cambio, o de baja en las reservas internacionales lo cual, afortunadamente, aún
no es el caso.
3.- Sin
embargo, el documento sólo muestra una fotografía del momento, basada en el
comportamiento histórico de las variables relevantes, y no presenta
proyecciones a futuro que, además, serían poco confiables ante una situación
económica por demás incierta.
4.- Por
otra parte, actualmente, el comportamiento de variables como la contracción
económica mundial, y en el caso de México, el elevado y creciente desempleo, la
parálisis en la inversión pública y privada (incluyendo la inversión
extranjera), la muerte del turismo, la contracción de
la demanda
y la baja en la calificación crediticia, todo ello aunado a la descontrolada
crisis sanitaria, dan señales de alerta en cuanto a serios problemas
precisamente en las finanzas públicas, el tipo de cambio y las reservas
internacionales.
5.- Así
las cosas, considero también que la ausencia de una política económica contracíclica
por parte
del Gobierno Federal, no hará más que acentuar las consecuencias negativas de
la crisis: la casi total falta de apoyo no sólo a las empresas (todas, micro,
pequeñas, medianas y grandes), sino a las personas en general, habrá de
traducirse en aumentos significativos en la pobreza y la pobreza extrema de la
población, lo cual ciertamente habrá de deteriorar la de por si enclenque
situación financiera del gobierno, gracias a sus despilfarros.
6.- Por lo
anterior, si bien no es posible inferir directamente la implantación de un
sistema de control de cambios en el corto plazo, sí lo es para prácticamente
asegurar una severa crisis económica, cuya profundidad y duración no tiene
precedentes en la historia reciente.
7.- Ante
este escenario, tomando en cuenta que países pobres con un modelo de desarrollo
de tipo populista, como el actual de México, han caído en el juego de implantar
mecanismos de control de capitales (supuestamente para evitar su fuga) no
parece descartable la posibilidad de que esto se llegara a pretender implantar
en nuestro país en el mediano plazo, ya que todo lo anterior sin duda habrá de
afectar negativamente la salud de las finanzas públicas, del tipo de cambio y
de las reservas internacionales del país.
Como conclusión, sin pretender ser agorero del desastre, sí parece obligado vislumbrar un panorama francamente negro para la situación política, económica y social de México en los próximos años, principalmente si no se dan cambios en la política económica y social del gobierno actual ya que, aún dándose dichos cambios, la compleja situación mundial no permite previsiones positivas acerca del futuro inmediato para México lo cual, sabiendo cómo se las gasta este gobierno, bien podría conducirnos a un sistema de control de capitales obligado por las circunstancias y por el desatino del régimen para enfrentar la crisis.